Lo que ocurre con
la provincia de Santa Cruz desde el punto de vista fiscal no es una
particularidad, sino un caso más del uso del Estado para fines políticos, bajo
la premisa de subsidiar la economía con cargo a los Presupuestos Generales, en
detrimento de la actividad privada.
Tampoco es una
particularidad, aunque en este caso no generalizada aunque sí muy expandida, de
considerar a las provincias por parte de las familias políticas, como un
patrimonio personal con el cual lucran y manejan de forma discrecional.
La tercera
concurrencia entre santa Cruz y el resto del país es la corrupción gubernamental,
la cual lo agrava todo, dando como resultado pobreza económica y cultural,
condiciones necesarias para que se puedan llevar adelante las dos primeras
concurrencias.
Por lo tanto
nadie debe rasgarse las vestiduras, esto es Argentina amigos míos, y si
queremos cambiar la forma de relacionarnos, como mínimo debiéramos asumir que tenemos un problema como sociedad, y mientras no asumamos esta
realidad, condición indispensable para poder luego producir algún tipo de
cambio en nuestra estructura político social, seguiremos en el barro. Solamente
de nosotros depende como queremos que prosiga esta desdicha.
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