2019 SIEMPRE FUE HOY

Y CON EL ESPÍRITU OPTIMISTA QUE REFLEJA ESTA NOTA

Cualquier persona sensata sabe que los errores cometidos en Argentina durante siete décadas, no se arreglan en un “plis plas”. Un periodo de gobierno son cuatro años, y un presidente exitoso tiene como máximo ocho años para ejercer su política. Esto creo ha estado en la cabeza del Presidente Macri desde el día que fue elegido. Y esto no se dice, pero es lo que determina la marcha (lenta por ahora) de las “reformas” macroeconómicas. Macri tiene un horizonte de ocho años, y en virtud de ello actúa. (al menos eso quiero creer y de ahí mi optimismo)

Los números que muestra el gobierno en materia de déficit fiscal y cuanto nos cuesta su financiamiento no son reales. Se gasta más que hace dos años y la diferencia entre gasto y recursos se paga con deuda e inflación. Para el 2020 el porcentaje de deuda sobre PIB será del 60%. Tampoco es cierto que creciendo (al 3.5% si llegamos) se licua el déficit; con ese porcentaje se contribuye muy poco. Este esquema no se sostiene y Macri lo sabe.

Mis números dicen que para que la argentina no se estrelle una vez más (así vamos camino de ello), se requiere dejar de gastar en 2018 5.550 M de U$S; 2019 4.000 M de U$S. Hasta aquí los recortes serán selectivos, una parte vía eliminación de subsidios y otra en recorte genuino del gasto. Pero ete aquí la gran verdad que se nos oculta, que aun así, nos la “pegamos” igual y por lo tanto necesitamos RECORTAR GASTOS entre los años 2020 y 2021 (por eso hay que ganar las elecciones del 2019 y por eso el “gradualismo”), en nada menos que 15.000 M de U$S. Como ya no habrá subsidios, este recorte se hará sobre lo inevitable: el Gasto Público en todos sus niveles, adecuando el Estado a un modelo mas racional cualitativa y cuantitativamente hablando. En castellano, esto significa con al menos un millón de empleos públicos menos (se dice que sobran dos millones).

Si esto se cumple podemos llegar a 2022 con una economía depurada, una deuda manejable, creciendo a tasas relevantes y sostenidamente y con la creación de empleo necesaria para absorber el excedente estatal y demográfico, y si esto ocurre, los argentinos un poco mejor.

Que así sea y FELICES PRÓXIMOS AÑOS 

154, 155, 156, 157…….

….y llegan las lecciones en Cataluña, elecciones que como ya he comentado en este blog, nunca se debieran haber convocado en estas circunstancias; posiblemente como en el juego de la Oca, los votos indiquen que nos toca volver a la casilla de partida.

Es muy probable que en votos gane Inés Arrimadas, lo cual por si solo ya es un hecho histórico y prometedor, ahora de ahí a poder formar gobierno hay un abismo. En primer lugar, porque no podemos considerar al PSC como “constitucionalista”, y en segundo lugar, la ley electoral no traduce proporcionalmente los votos en escaños y es ahí donde los separatistas tienen la ventaja. No obstante, lo que sí se puede dar por sentado es que En Comú-Podemos, tendrá la “llave” de la gobernabilidad, y eso no solo es una mala noticia, sino una incógnita.

Cataluña es y será siempre España, y por lo tanto los temblores políticos que allí ocurran tendrán replicas en el Gobierno de España, máxime cuando sepamos que el PP en Cataluña puede estar a punto de desaparecer, y todo gracias a la incompetencia de Soraya y su mentor. La inestabilidad catalana en la formación de gobierno, sumado a un 155 raquítico, pasará factura al gobierno de Rajoy, y no me extraña que se ponga en jaque su continuidad en el gobierno con el consecuente desmoronamiento del PP. Y ahí apuesta Ciudadanos, partido que considero aun esta “verde” para gobernar, pero sí creo ver que los futuros gobiernos de España dependerán de ellos, y esto sí es una buena noticia que sea un partido moderno, moderado, españolista y liberal el arbitro de las futuras contiendas.

EL ABISMO Y EL LEÓN

Si me encuentro ante la situación de verme perseguido por un león y corro teniendo por delante el abismo, tengo claro cuál va a ser mi decisión. Si sigo muero, si me planto y enfrento la situación tengo chances de salvarme. En esta situación se encuentra la argentina, o, mejor dicho, el gobierno y las instituciones que representan a los argentinos, los responsables de nuestro destino.

Ayer quedo evidente algo que, como se ha hecho costumbre parece normal, y es que una vez mas no se cumple con el Artículo 22 de la Constitución que dice “El pueblo no delibera ni gobierna, sino por medio de sus representantes y autoridades creadas por esta Constitución. Toda fuerza armada o reunión de personas que se atribuya los derechos del pueblo y peticione a nombre de éste, comete delito de sedición”.

Por lo tanto, si el propio gobierno se deja intimidar y no pone ante la justicia con el cargo de sedición a los responsables de los desmanes que uno y otro día también ocurren en las calles de Buenos Aires ejerciendo la violencia y la provocación, es el gobierno el único responsable del malestar que vivimos quienes soportamos y pagamos a los intolerantes y golpistas que bajo la falsa bandera de la defensa de “sus derechos”, tienen bien claro su objetivo: derrocar al gobierno.

O enfrentamos al león o nos espera el abismo, recordando por si se ha olvidado, que en un Estado de Derecho el monopolio de fuerza lo ostenta el gobierno.