Si me encuentro ante la situación de verme perseguido por un
león y corro teniendo por delante el abismo, tengo claro cuál va a ser mi decisión.
Si sigo muero, si me planto y enfrento la situación tengo chances de salvarme.
En esta situación se encuentra la argentina, o, mejor dicho, el gobierno y las
instituciones que representan a los argentinos, los responsables de nuestro destino.
Ayer quedo evidente algo que, como se ha hecho costumbre
parece normal, y es que una vez mas no se cumple con el Artículo 22 de la
Constitución que dice “El pueblo no delibera ni gobierna, sino por medio de sus
representantes y autoridades creadas por esta Constitución. Toda fuerza armada
o reunión de personas que se atribuya los derechos del pueblo y peticione a
nombre de éste, comete delito de sedición”.
Por lo tanto, si el propio gobierno se deja intimidar y no
pone ante la justicia con el cargo de sedición a los responsables de los
desmanes que uno y otro día también ocurren en las calles de Buenos Aires
ejerciendo la violencia y la provocación, es el gobierno el único responsable del
malestar que vivimos quienes soportamos
y pagamos a los intolerantes y golpistas que bajo la falsa bandera de la defensa
de “sus derechos”, tienen bien claro su objetivo: derrocar al gobierno.
O enfrentamos al león o nos espera el abismo, recordando por
si se ha olvidado, que en un Estado de Derecho el monopolio de fuerza lo ostenta el gobierno.
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